Era un día como otro cualquiera, la comida en nuestro hogar era muy escasa; Sin embargo, todos estaban animados por el hecho de ser navidad. - ¿La gente este año nos dará comida? ¿O regalos?- pregunté yo entusiasmada a mi hermano mayor Christopher. -Sabes que no, la gente tiene sus propios problemas como para ayudar a la gente pobre- me respondió él como todos los años, aunque seguí con aquella esperanza. Quizás alguien de buen corazón se ofreciera a darnos un dulce regalo de navidad. Volvimos a nuestra “casa” para así poder cenar e ir a la cama. El día siguiente era el 24 de diciembre: ¡NOCHEBUENA! Cenamos un plato pobre de lentejas y fuimos a dormir. Al día siguiente nevaba, era algo normal en la zona donde yo vivía. Me quedé un buen rato contemplando cómo los copos caían sobre un enorme manto de nieve blanco: un espectáculo hermoso que no me cansaba de mirar. De repente, vi algo: eran muchos vecinos juntos en la carretera. Obviamente, al principio pensé que se trataba de una celebración navideña o algo por el estilo, pero estaba muy equivocada. Observé cómo se dirigían a la puerta de mi casa e inmediatamente les abrí la puerta, llamando a mi familia para que vieran lo que estaba ocurriendo. Comenzaron a cantar un villancico; pude percibir que cada uno llevaba una caja envuelta en cinta, como un regalo, y al acabar la canción todos nos desearon feliz navidad. -Muchas gracias por el villancico, es una buena sorpresa- dijo mi madre con una sonrisa sincera en el rostro. Todos se miraron sonriendo, había algo más, aunque no me dio tiempo para sospechar nada porque, de pronto, nos dieron los regalos: a papá le habían conseguido un ascenso en el trabajo (el dinero ahora no sería un problema); a mi madre, en cambio, le dieron un par de eléctrodomesticos de alta gama; era el turno de mi hermano, le dieron una guitarra nueva, la deseaba desde hacía mucho tiempo. Miré a todos con emoción. "¿Habría algo para mí?", pensé entusiasmada y, al momento, me dieron un libro bastante grande; para mí era mi primer libro, el primero de todos y mi primera aventura por descubrir. Abrazamos a todos dándoles las gracias para después invitarlos a una cena grupal: fueron unas navidades maravillosas. Ahora trabajo ayudando a la gente pobre todas las navidades, dándoles todo tipo de regalos posibles.
BEATRIZ 1º ESO A
UNA DE LAS TRES GANADORAS DEL CONCURSO DE RELATOS NAVIDEÑOS