Diario de Frederic "el mafioso".

13 de febrero de 2012

Querido diario: Te encontré y no sé por qué me puse a escribirte. Yo soy un ratón como otro cualquiera y vivo en un escondrijo muy acogedor de una pequeña casa en un prado. En esa casa vive una pareja de ancianos a los que le gustan bastante los animales y por eso no me hacen nada. Hasta me pusieron un nombre, creo que es “Frederic” y, como me gustaba, me lo puse de mote. Bueno, te contaré lo que hice hoy: me desperté por unos ruidos, la anciana de la casa estaba haciendo comida. Como es un poco descuidada, siempre se le caen migas o trozos de comida y yo, como buen ratón, fui a coger un poco. Ya que os he contado un poco de mi día a día os contaré algo sobre mí. Mi fiesta favorita es el Carnaval y a veces hasta voy a Brasil a verlos como este año.

14 de febrero del 2000 Querido diario: Ya he salido de casa, y también me despedí de los ancianos. Tengo que ir a coger un vuelo; me colaré por las maletas de los pasajeros y así podre volar, lo malo es que aún tengo que ir al aeropuerto de Madrid y el viaje tarda mucho, pero no importa, igualmente iré a Brasil a ver los carnavales. Estoy de camino al aeropuerto de Madrid solo me quedan unos kilómetros y ya estaré ahí...

20 de febrero del 2000 Querido diario: Me han secuestrado unas ratas y me dijeron que solo viviría si me unía a su banda de mafiosos, tuve que aceptar... Ahora soy un mafioso. Mi primera misión fue la de matar unos “traidores”. No sé por qué pero me gustó, me sentí bien y no debería. Algo cambió dentro de mí y no algo bueno.

3 de mayo del 2000 Querido diario:

No pasó mucho tiempo; desde que te escribí tuve que hacer muchos trabajos, pero no me importaba, era como si me gustase. Yo era conocido como “Frederic el mafioso” y muchos ratones me tenían miedo, pero en el fondo no me gustaba y me sentía mal y bien a la vez, estaba confuso y decidí dejar la mafia. Pero eso no es nada fácil, al principio me intentaron matar pero mi metralleta pudo con ellos. Escapé de ahí lo más rápido que pude pero, me siguieron... Ya despisté a los mafiosos, algunos hasta tuve que matarlos. Ahora mismo estoy sentado en un muelle pensando que podía volver con los ancianos pero no serviría de nada... Bueno, por lo menos tenía que despedirme.

10 de mayo del 2000 Querido diario: Ya estoy en casa, los ancianos están muy contentos de verme y yo de verles; estuve un rato con ellos, después fui a por veneno de rata y me lo bebí. Seguramente la anciana vería mi cuerpo primero y se lo diría a su marido y puede que se pongan triste pero, al fin y al cabo, soy “Frederic el mafioso”.

Marley 1º ESO A