Diario de un ratón anónimo.
- 1º ESO IES Pedra da Auga
- 1 feb 2021
- 3 Min. de lectura
14 de enero
Querido diario:
Hoy he conocido a un humano, es muy amigable. Me pareció extraño, puesto que desde siempre me habían enseñado que los humanos son malos y que quieren acabar con nosotros los ratones.
El humano era raro, mucho más pequeño que los otros humanos que había visto antes. Se sentó delante de la puerta y me empezó a hablar y a contarme cosas sobre otros humanos. Me contó que a los humanos les llamaban “personas” y que él era solo un niño. Era raro porque los ratones, yo incluido, no nacíamos mucho más pequeños que los adultos. También me dijo que, supuestamente, mi hogar estaba dentro de un “bar” y que fuera de ese bar había un mundo mucho más grande. Yo no lo sabía, porque nunca me dejaban salir.
Por alguna razón, antes de irse, dejó un trozo de queso delante de la puerta pero, como a mí no me gustaba, se lo di a mi hermano.
Espero que otro día venga a verme y conozca a otros humanos así de majos.
Un saludo,
Yo :)
15 de enero
Querido diario:
Hoy he vuelto a ver a la humana. Me dijo que era una niña, que su nombre era Sol y que tenía nueve años. También me explicó lo que era el bar: es un sitio donde las personas pagan con “dinero” para tomar comida y bebida. Me dijo que ya tenían comida en su casa, pero que igualmente venían para tomar la comida aquí. Me pareció una estupidez, ¿ Por qué querría alguien pagar y aún encima salir de casa solo por algo que ya tiene? No tiene sentido.
Me dijo que el bar tenía dueño, y que era su padre. También dijo que ahora pasara mas tiempo aquí conmigo, porque cerraron algo llamado “escuela” porque había un “temporal”.
Pocas veces logro entender todas las palabras que dice en una frase, no significan nada para mí.
Hoy me dejó un cacho de pan. Espero que siga trayendo comida, se me hace muy difícil ir yo mismo a por ella.
Un saludo,
Yo :)
16 de enero
Querido diario:
Hoy he vuelto a ver a Sol. Me dijo que tenía frío y que por eso venía tan “abrigada”. Eso creo que era que venía con muchas cosas calientes para no pasar frío.
Me dijo que le iba a contar a su padre que mi familia y yo vivíamos en el bar.
Hoy no hablamos mucho, dijo que tenía que ir a casa por el frío. Hoy me dejó una cajita. Dentro había mucha comida, pero nunca había visto eso. Solo tomo comida de un cubo grande que hay en el suelo, tampoco es que supiera dónde hay más. También había algo que creo que era “tela” para taparnos del frío y algo blando, que parecía que se iba a deshacer. Había dicho que se llamaba “algodón”, o algo parecido.
Un saludo,
Yo :)
17 de enero
Querido diario:
Hoy Sol tardó mucho en llegar. Me dijo que había algo llamado “nieve” que le dificultaba llegar. Me dijo que si podía, mañana me llevaría a ver la nieve. También me contó que al hablarle a su familia sobre mí le preguntó que en qué parte del bar vivía. Me emocioné porque pensaba que querían conocerme, pero al contrario, Sol parecía preocupada por ello.
Hoy se quedó más rato porque comió en el bar, así que estuvimos también hablando por la tarde. Consiguió algo de comida que le había sobrado, era igual que ayer. Nunca había visto esa comida, pero sabía que sabría parecida a la de ayer.
Después de mucho rato hablando se fue a su casa. Estoy deseando que llegue mañana para ver la nieve.
Un saludo
Yo :)

18 de enero
Querido diario:
Hoy Sol me llevó a ver la nieve. El exterior era extraño. Había una especie de pasillo muy largo, estaba lleno de sitios como el bar. A los lados, tenía dos pasillos iguales, pero eran más altos que el del medio. En esos pasillos, había cuadrados con unos palos largos y marrones que en la punta tenían hojas, pero esas hojas eran mucho más distintas a las que solía comer.
Todo estaba cubierto por una masa blanca. Fuera hacía mucho frío. Cuando Sol me bajó de sus manos y me dejó en el suelo, fui hacia la masa blanca, que era la nieve. Estaba congelada. Sol me explicó que la nieve era agua que se congelaba por el frío, pero que no llegaba a congelarse tanto como el “ hielo”. Tenía una textura extraña, como si fueran piedras pequeñitas, blancas y congeladas. Estuvimos mucho rato jugando hasta que se tuvo que ir. Cuando volví a entrar al bar, había un hombre con varias cosas raras, agachado delante de la puerta de mi casa. Detrás de él había otros ratones como yo muertos. También había otro hombre, diciendo algo como "al fin nos libramos de esos ratones tan molestos”. Así que me largué corriendo para no palmarla y ahora vivo con Sol, esperando que nadie me encuentre.
Un saludo
Yo :)
Sofía 1º ESO A
Ratones descubriendo nieve: