30 de febrero de 4892
Querido diario:
Me he fijado que está de moda hacer algo llamado diario, en donde cuentas tu vida como ratón; además de que es vintage, parece divertido. No entiendo su sentido, pero lo quería intentar porque yo siempre voy a la moda, como lograrás entender.
Soy estilista, me dedico a aconsejar a la gente sobre sus outfits, los cuales la mayoría son horrendos porque todos los ratones van como si fuesen unos callejeros inauditos. Y sí, a veces soy demasiado sincero pero es así. La gente me odia porque siempre les digo lo que me parece, pero solo es la realidad de lo que me ven mis ratunos ojos y, desgraciadamente, lo que necesitan oír.
Yo llevo una tienda llamada “la moda en 70 metros cuadrados” y, no es por presumir, pero la gente va allí como si fuese el supermercado de los quesos. Entran pareciendo un ratón normal y después siendo el ratón más reluciente del mundo, consiguen lo que quieren y yo consigo ver cómo el mundo avanza por fin. Tarde o temprano, la sociedad me lo agradecerá.
3 de marzo de 4892
Querido diario:
Estoy extremadamente enfadado.
Hoy vino un ratón a mi tienda, el cual pensé que ya había venido antes porque vestía estupendamente bien. Llevaba una boina roja y negra en la cabeza que le tapaba las orejas. Después, traía un pantalón rosa completamente planchado y encajado a la perfección con sus 4 patas, en las delanteras tenía 2 bolsillos... Al caso, me dijo que la tienda no podría seguir abierta porque unos ratones presentaron denuncias diciendo que era muy egoísta, lo cual me dio un poco de rabia y risa. Yo me negué completamente a que le hiciera algo a mi maravillosa tienda, pero el ratón insistió y me llevó a la salida, arrugando el traje que llevaba puesto.
Me indigné y me fui a mi casa sin mencionarle ni una sola palabra. No sé cómo avanzará mi tienda ahora, y lo peor, no sé cómo avanzará el mundo de la moda ahora.
21 de marzo de 4892
Querido diario:
Como he estado un poco perdido por ese estúpido ratón que me ha echado de MI propia tienda, ayer he ido a buscar un rico Flencs (un queso derretido con pequeños trocitos de maíz por encima) que me lo regaló mi querido amigo El Chef. Bueno, pero ese no es el caso, mientras tomaba mi desayuno conocí a un ratón llamado Sam; mis primeras impresiones fueron malas al molestarme desayunando mi comida preferida, pero después me cayó bien. Me dijo que le parecía una buena idea que le ayudara a diseñar algunas prendas porque pensó que yo sabía del tema, lo cual era completamente cierto. Yo, obviamente, le dije que por supuesto. Le acompañé hasta su casa y empezamos a diseñarlos. Hoy me ha llamado para contratarme en su empresa de prendas online.
En fin, prepárate para mi siguiente triunfo.
21 de mayo de 4892
Querido diario:
Me está cayendo muy bien Sam, me sorprende lo amable que es y lo mucho que sabe de moda, solo quería decir eso, no he conocido a otra persona tan parecida a mí.
29 de abril de 4892
Querido diario:
Lo siento por no escribir tanto, es que he estado un poco raro.
¿Te acuerdas que me habían contratado para la tienda de prendas online de Sam? Pues he tenido que atender a todos esos ratones molestos con sus prendas. Y uno me dijo: “no es nuestra culpa que no sepáis hacer ropa” y yo le dije: “no es mi culpa que no tengas buen sentido de la ropa”; después me dijo lo más egoísta que oí en mi vida: “pues yo al menos no voy por ahí pensando que soy el centro del mundo”. Sin palabras me quedé. ¿Cómo se atrevía a cuestionar de esa manera mi personalidad?,
le iba a contestar algo pero simplemente colgué, me quedé pensando.
Había perdido mi trabajo por ser así.
Había perdido a muchísimos clientes por ser así.
No le había dicho a nadie que era así porque cuando fui a la Universidad Ratonil de Artes no me cogieron por no tener el nivel de los demás ratones y desde entonces me convertí en una persona tan, tan...egoísta. Solo se lo conté a Sam y él me dijo: “¿te das cuenta de cuántas oportunidades te dio la vida?, ve allí y vuelve a entrar en esa Universidad.”
Ya he hecho la solicitud.
Emma 1º ESO A