La abuela cogió a su nieto y se fueron a su habitación para coger las maletas e irse a Noruega. Salieron del hotel y lo primero que hicieron fue llamar a un taxi. Cuando llegó el taxi, nos pusimos en la parte de atrás; les pidieron si les llevaban al aeropuerto y, al cabo de una hora, estaban allí la abuela y el nieto convertidos en ratón escondido en el bolso. Cuando llegaron para coger el pasaporte para el avión, se encontraron una plaga de ratones y la que iba de primera era un poco mas pequeña. La abuela y el nieto sospecharon si eran las brujas. Ellos siguieron como si no hubiese pasado nada, se sentaron en el avión, justo en los asientos 23-24. Pasadas 5 horas, llegaron a Noruega.
Mientras tanto, las brujas convertidas en ratonas mugrientas y apestosas, estaban planeando un plan de venganza contra el nieto y la abuela; ellas vivían cinco casas a la derecha. Era una casa de piedra, grande, el interior era moderno; eso sí, estaba llenos de calderas, con libros llenos de pócimas (por ejemplo, de invisibilidad, de fuerza, de elasticidad y también de visión nocturna). Estaban sentadas en un gran sofá que ocupaba todo el salón intentando crear una pócima para volverlas como personas, también una pócima para que desapareciese el nieto y la abuela.
Al día siguiente, el nieto fue corriendo a desayunar su plato preferido; mientras su abuela se lo preparaba el nieto estaba en una mesa pequeñita con su tenedor y cuchillo para cortar su queso. Al acabar, el nieto fue al jardín de atrás a jugar con la pelota. Pasados 15 minutos, vino una señora elegante con un ratona en su bolso y les dijo al nieto si podía venir a su casa solo una hora; el nieto aceptó, llegaron a la casa, el nieto vio con sus propios ojos una plaga de ratonas con un frasco con un líquido rosa. Al nieto lo dejaron en un sillón, vio cómo todas las ratonas se echaban el líquido rosa por todo el cuerpo y ¡eran las brujas! Al final, el nieto desapareció por 2 años, porque las brujas le rociaron la pócima de desaparecer.
Raúl 1º ESO A