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La reencarnación.

La abuela le había montado aparatos para que pudiera ir por toda la casa si ningún problema. Así que construyó una estación de tren para su preciado nieto. Ya cuando era de noche se podía ver a una abuela con un pequeño ratoncito en su mano mientras le leía uno des sus cuentos favoritos.

Casi estaban dormidos cuando de pronto se escuchó un ruido de un coche estacionándose delante de la casa. La abuela, que aún tenía al ratoncito en su mano, se acercó a la ventana y corrió la cortina para ver quién era pero, cuando lo hizo, las luces de los focos del coche los alumbró. Todo era normal hasta que el pequeño ratón que estaba en la mano de su abuela empezó a brillar como una estrella. La abuela, al darse cuenta, dejó al ratón aún alumbrando encima de la cama y este empezó a retorcerse de dolor; entonces un silencio inundó la habitación y poco a poco el ratón dejaba de tener patas y volvía a tener piernas. La abuela, atenta al suceso, vio que un rato después el ratoncito era un niño sin ropa. Esta estaba tan feliz que le dio un abrazo. Después de este suceso la abuela iba a la ventana, pero el coche había desaparecido... Ella lo sabía, ese coche era el de una bruja, pero se pregunta por qué devolvió a su nieto a su forma humana.



Nathalia 1º ESO A

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