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La solución.


La señora Jenkins corrió hasta llegar a la puerta del comedor donde la perdimos de vista. Mi abuela y yo, en cuanto salió el señor Jenkins, salió corriendo detrás suya para explicarle lo que pasaba. Mi abuela cogió un ratón sin que nadie se diese cuenta de que había cogido a una bruja, convertida en ratón obviamente.

–– ¡Dime la manera de transformar otra vez en humano a mi nieto o te aplastaré, te espachurraré y luego te daré de comer a un gato callejero! –– dijo mi abuela, con una voz amenazante.

Obviamente la bruja no contestó porque no la sabía, ella había escuchado lo mismo que yo y que yo sepa, la gran bruja no mencionó la manera de deshacer el malévolo hechizo. Mi abuela y yo fuimos a buscar a la gran bruja, pero también teníamos que evitar que los camareros y los cocineros matasen a la gran bruja porque sino no podríamos convertir a Bruno en humano otra vez. Yo me lo estaba pensando, así que le dije a mi abuela:

–– Abuela, si conseguimos la manera de convertirme otra vez en humano, ¿no podríamos convertir solo a Bruno y a mí dejarme ser un pequeño ratón? –– pregunté.

E instantáneamente contestó:

–– ¡No, nunca te dejaré ser un ratón por el resto de tu vida, sería horrible.

Así que decidí preguntarle tranquilamente:

–– ¿Y por qué sería tan horrible abuela? Yo no veo nada de malo en eso.

Pero ella decidió acabar la conversación.

–– Bueno ya lo decidiremos luego, antes hay que conseguir la manera de transformar a Bruno en un humano ¿no crees?

Y fuimos a junto de un camarero que estaba intentando pisar un ratón, a ver si ella era la gran bruja. Mi abuela le dijo al camarero que parase, que tenía que coger el ratón y el camarero se fue así, sin más.

Comenzó el interrogatorio:

–– ¡Dime la manera de invertir el hechizo o te aplastaré! –– gritó mi abuela.

–– La manerra de inverrtir el efecto es realizar la pócima al revés –– dijo la gran bruja agotada de tanto esquivar pisotones.— La receta está en mi bolso — volvió a decir.

Mi abuela fue corriendo a por el bolso de la bruja, lo cogió y lo abrió, agarró una hoja de papel y volvió a donde nos había dejado a la bruja y a mí; rápidamente fuimos a la habitación de la bruja y estaba todo lo necesario, así que nos pusimos manos a la obra.

Al terminar me la bebí obligado por mi abuela y… me transformé en humano, ahora solo faltaba ir a por Bruno.

FIN

Mateo 1º ESO B

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