- Los ratones viven...
Esas fueron las últimas palabras que dijo mi abuela. Yo estaba muy nervioso ya que parecía que ella me estaba ocultando cuánto viven los ratones por alguna extraña razón que desconozco. Me imaginaba que era porque mi abuela creía que yo no estaba preparado aunque le dijera varias veces que dijera lo que dijera no me iba a poner triste. Me dijo que cuando pasaran unos días o algunas semanas me lo contaba, el problema era que no podía esperar tanto ya que, al haberme convertido en un ratón, necesitaba saber si tenía mucho tiempo de disfrutar de la vida. Pasaron días, semanas, incluso meses hasta que estaba yo un día tan tranquilo comiendo un plátano; se acercó mi abuela y me dijo:
-Nieto mío, ven aquí; tenemos que hablar. Yo, en ese momento, me sentí un poco nervioso, ya que por fin iba a saber cuánto tiempo me quedaba de vida. Mi abuela, tan cariñosa como siempre me puso encima de su brazo y me empezó a acariciar la espalda con mucho cuidado de no hacerme daño. Mientras me acarició, me empezó diciendo:
- Creo que ya estás preparado para contarte la verdad.
En ese momento, aunque no lo pareciera por fuera, por dentro estaba temblando muy fuertemente. Mi abuela continuó.
- Los ratones son muy cuidadosos con su dieta, entonces eso es algo que favorece mucho los años de vida. Además, tú te alimentas con comida aún mas sana que la que comen los ratones, pero lamentablemente los ratones no viven tanto como las personas; aunque no viven poco, no vas a poder tener una vida tan larga como la de los humanos. Pero bueno, allá voy, los ratones suelen vivir entre 15 y 25 años. Me quedé petrificado, no podía ni hablar, ni moverme... Estaba bastante triste pero en lo que yo pensé fue en lo bueno de esta noticia, pues ya no tengo que ir al colegio, podré colarme por sitios que personas normales no pueden... El haber llegado hasta aquí sin haberme pasado una tragedia aún mayor que haberme convertido en ratón para mí, sinceramente, era un logro. Ojalá no volviese a tener una aventura como esta, y si la tuviese, por lo menos que fuese para volver a convertirme en humano.
Dicho todo esto, espero que me deis buena suerte por todo lo que me espera siendo un ratón.
Hugo 1º ESO A